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Pueblo indígena Cabécar

Esta población es la segunda más numerosa del país que junto a los bribris se autoidentifican como una solo unidad étnica. Para el antropólogo Guevara (2009) este acuerdo ancestral quedó registrado en las cronistas desde la conquista. Su distribución comprende tanto en el Caribe como la zona sur del Pacífico. Sus Territorios son Baja Talamanca, Nairi - Awari, Bajo Chirripó, Alto Chirripó, Tayni, Telire, en la provincia de Limón y, Ujarrás y China Kicha en la provincia de Puntarenas.

El pueblo Cabécar se caracteriza por mantener el idioma, la creencia en Sibö, la construcción de viviendas tradicionales, y un sistema de filiación de clanes matrilineales. Históricamente la población Cabécar ocupó diversos territorios a lo largo del país de los cuales se les forzó a migrar a zonas más alejadas en las montañas, esta situación es la que vendría a facilitar la permanencia de los elementos culturales antes mencionados.

En cuanto a la tradición espiritual los autores Guevara y Vargas (2000) explican que se basa en la figura importante conocida como Jawá, un especialista con conocimientos de la medicina tradicional, que cumple la función de ser guía espiritual y médico sanador del cuerpo y el alma, así como el intermediario entre el mundo espiritual y el físico. En esta tradición espiritual existen diversas personas que se encargan de efectuar diferentes ritos según las circunstancias, por ejemplo, los entierros, una tradición y especialidad que se ha ido perdiendo. Los mismos autores señalan que al igual que con la población indígena bribri, la cabécar se organiza socialmente de forma matrilineal, lo cual viene a dar a estas dos poblaciones una especie de doble identidad, ya que ante el Estado se identifican con los apellidos del padre y la madre biológicos, mientras que a lo interno de los territorios y a nivel cultural lo hacen adscribiéndose al clan de la madre.

Carballo (s.f) también revela que el usëkol máximo líder espiritual, se ha perdido. El último murió en Talamanca en la década de 1930, en circunstancias no esclarecidas y sin haber formado eventuales sucesores. En tanto la caza, la pesca y la recolección de productos silvestres, que han sido las formas por excelencia de subsistencia del indígena cabécar, por la presión de la frontera agrícola han sido obligados a cambiar su modelo de subsistencia para insertarse en la producción de bienes de consumo nacional, ocasionando que algunas otras personas deban emigrar a zonas vecinas para trabajar en labores de campo y domésticas. En cuanto a los programas y las políticas estatales para esta población, no han sido los adecuados para sus necesidades, en parte por el olvido histórico, así como por las complicaciones de la geografía en la que se encuentran.

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