Es una estrategia de gestión ambiental que tiene como objetivo minimizar la generación de residuos y la emisión de contaminantes en todas las etapas del proceso de producción.
Esta estrategia se centra en la optimización de los recursos, la prevención de la contaminación y la reducción de los impactos ambientales negativos.
En la producción de alimentos y bebidas, la implementación de prácticas de producción más limpia puede incluir la optimización del uso de agua y energía, la reducción de la generación de residuos, la implementación de tecnologías más eficientes y la gestión adecuada de los residuos generados.
También puede incluir la utilización de materiales y productos menos tóxicos y la implementación de medidas de eficiencia energética en los procesos de producción.
Es una estrategia integral que busca mejorar la eficiencia de los procesos productivos y reducir los impactos ambientales negativos asociados con la producción de alimentos y bebidas. Esto puede generar beneficios económicos y ambientales, al tiempo que contribuya a la sostenibilidad de la industria alimentaria.
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