Es una metodología utilizada para evaluar los impactos ambientales asociados a un producto, proceso o servicio a lo largo de su ciclo de vida completo, desde la extracción de materias primas hasta la disposición final.
El ACV se divide en cuatro etapas:
- Definición del objetivo y alcance: en esta etapa se define el objetivo del análisis y se fundamentan los límites del sistema que se va a evaluar.
- Análisis del inventario: se recopila y cuantifica información sobre los flujos de materiales y energía que entran y salen del sistema, a lo largo de todo su ciclo de vida.
- Evaluación del impacto: se evalúan los impactos ambientales potenciales asociados a los flujos identificados en la etapa anterior, utilizando modelos y métodos específicos.
- Interpretación: se interpretan y se presentan los resultados del análisis de ciclo de vida, incluyendo una discusión sobre la incertidumbre y las limitaciones del estudio.
El ACV puede ser una herramienta valiosa para la toma de decisiones en la gestión ambiental, ya que permite identificar los impactos ambientales asociados a un producto, proceso o servicio, y evaluar las alternativas de mejora para reducir esos impactos.
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