
La inclusión de personas con diferentes límites de acceso a la tecnología es crucial para asegurar que productos y servicios sean accesibles y útiles para un público amplio. Dependiendo del público meta, las barreras tecnológicas pueden variar, desde discapacidades físicas o sensoriales hasta limitaciones económicas o de conectividad.
Incluir a estos grupos en el diseño y desarrollo garantiza que no se excluya a ninguna persona usuaria potencial, mejorando la equidad, la satisfacción de la persona cliente y ampliando el alcance del producto.
Además, cumplir con estándares de accesibilidad fortalece la reputación y el cumplimiento legal de una organización.