Se trata de una propuesta que permite admirar paisajes, rememorar los hechos históricos allí acontecidos, disfrutar las zonas con ríos, montañas, pueblos y alternar con actividad deportiva o de aventura. Dos ejemplos interesantes para nuestro país podrían ser “el camino de mulas” y las rutas que siguieron los soldados en la Guerra de 1856 contra los filibusteros. Estas rutas o caminos se deben explorar para ver su grado de factibilidad, aunque es innegable que ya poseen una gran trascendencia inmaterial que responde a criterios históricos de autenticidad, debido a que se puede confirmar su existencia.
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Caminos y rutas históricas
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