Estos son los que dirigen las acciones. Además, son los resultados deseados que se espera alcanzar, con la ejecución de las actividades que integran un proyecto, empresa o entidad.
Los objetivos de la empresa ayudan a dirigir, controlar y revisar el éxito de la actividad empresarial.
La clave es transformar esos propósitos en objetivos bien definidos: medibles, alcanzables, retadores, delimitados en el tiempo, específicos y positivos.
Los objetivos responden a la Visión y Misión empresarial. También, para su redacción deben tomarse en cuenta los Valores institucionales.
Los objetivos se dividen de varias formas. En la siguiente imagen podemos observar esto.

En el caso más conocido, los objetivos según nivel, tenemos que los generales es lo que deseamos alcanzar, y los específicos son los pasos que debemos realizar, para alcanzar el objetivo general.
La Planificación Estratégica está basada en los objetivos de largo plazo y de jerarquía; esta lo que desea es cambiar de posición a la empresa, es decir, cerrar la brecha entre lo que queremos ser y lo que somos en la actualidad.
Para repasar, la primera fase es declarar la Visión, Misión y Valores empresariales; lógicamente, se debió de identificar la idea productiva o la oportunidad de mercado.
La segunda fase es el análisis FLOA, en el cual analizamos a la empresa en lo interno (F, L) y su ambiente (O, A), donde se realizan las combinaciones y se obtienen las ideas “semilla de objetivos”.
La idea de combinar lo que tiene la empresa y lo que se encuentra en el ambiente es realizar el mejor esfuerzo para ir construyendo el futuro y poder posicionar a la empresa en el tiempo.
La tercera fase es la formulación de los objetivos, la cual vamos a desarrollar en el siguiente apartado, en la cual deberá tomar la idea semilla y aplicar la siguiente metodología.