Todo servicio posee sus propias características, en donde, según la calidad en el servicio o producto que se brinde, se muestra la diferencia entre uno y otro.
Entre las características se encuentran las siguientes:
- El servicio se produce en el instante de prestarlo, no se puede crear de antemano o mantener preparado.
- Un servicio no se puede producir, inspeccionar o guardar.
- El servicio no se puede demostrar previamente, ni se puede mandar por anticipado una muestra para aprobación del cliente.
- La persona que recibe el servicio no tiene nada tangible (que pueda tocar o ver). El valor del servicio depende de su experiencia personal.
- La experiencia no se puede vender o pasar a terceros.
- Si se prestó inadecuadamente un servicio no se puede revisar.
- La verificación de la calidad debe ocurrir antes de la producción y no después, como sería el caso de la fabricación tradicional.
- La prestación del servicio generalmente requiere interacción humana; dos personas se ponen siempre en contacto para crear el servicio.
- El cliente siempre espera el mejor servicio, sin importar las dificultades que existan en la empresa.
- Mientras más gente tenga que encontrar al cliente durante la prestación del servicio, habrá menos probabilidades de que quede satisfecho.
- No se puede almacenar.
- No se puede empaquetar.
- No se puede devolver.
- El cliente es el único juez.
- El cliente es quien determina el nivel de calidad.