Arquitectura de influencia victoriana
Paralelamente con el eclecticismo al finalizar la construcción del Ferrocarril al Atlántico en 1890 e impulsada por la Revolución Industrial que se extendía por el mundo, arribó a nuestro país la arquitectura de influencia victoriana, caracterizada por ser una arquitectura totalmente industrializada tanto en materiales (ladrillo, metal de forja, madera aserrada, clavos de acero, lámina de hierro galvanizado, chapa metálica y pintura de aceite), como en sus prácticos métodos de construcción.
Al Valle Central llegó primero desde Inglaterra, por la comercialización del café con ese país; y en un segundo momento a la región Atlántica, desde los Estados Unidos, país con el que se profundizó la relación comercial a partir de la exportación del banano. En el centro del país se manifestó como una arquitectura residencial de diversas escalas, pero en el Caribe su influencia fue casi total y abarcó viviendas, edificios públicos, comerciales e industriales. Fue una arquitectura ligada con la actividad bananera y ferrocarrilera; la cual se adaptó en todo al clima particular, tanto del Valle Central como del Caribe.
Arquitectura neogótica
Hacia 1840 la arquitectura neogótica tuvo sus raíces en el influjo intelectual romántico que corrió por Inglaterra, Alemania y otros países escandinavos, como una resistencia a la influencia de lo neoclásico, considerado sobre todo mediterráneo y francés. A Costa Rica ingresó a finales del siglo XIX como una moda estética.
Basada en la arquitectura gótica de las grandes catedrales medievales europeas, aquí obtuvo gran acogida en la construcción de templos católicas en ciudades y pueblos, además de contar con la predilección de Monseñor Thiel (segundo obispo), quién era alemán. Por eso fueron neogóticas los templos de La Merced en San José, San Rafael de Heredia, Las Mercedes de Grecia y, posteriormente la de San Isidro de Coronado. A nivel habitacional no tuvo aplicación, aunque sí se utilizó para los centros hospitalarios, penitenciarios y militares, como el antiguo Hospital San Juan de Dios, el antiguo Asilo Chapuí, la Penitenciaría Central, y los cuarteles de Cartago y Puntarenas.