Según www.economipedia.com, la competitividad “es una cierta habilidad, recursos, tecnología o atributos, que hacen superior al que la posee. Se trata de un concepto relativo, donde se compara el rendimiento de una persona u organización con respecto a otras”.

El FLOA es una excelente herramienta para determinar el nivel de competitividad de la empresa. Entre mayor sea el nivel de esta, se podrá identificar, estudiar y decidir si las oportunidades del medio ambiente empresarial se pueden tomar o no.
Con un nivel elevado de competitividad, la empresa puede lograr:
- Crear estrategias para atacar las debilidades de la competencia.
- Determinar oportunidades de nuevos negocios o establecer alianzas.
- Asegurar que la empresa permanezca en el tiempo.
A la vez, podemos identificar los riesgos que existen para nuestra empresa y tratar de mitigarlos con un plan de contingencia. Lamentablemente, no podemos eliminarlos, ya que su manifestación no depende de nuestra empresa (al ser externos), pero sí nos permite preparar una respuesta.
También podemos preparar la ventaja competitiva, que es aquello que nos diferenciará de las demás empresas. Salir al mercado con una oferta igual a la existente hará más competencia en el mercado, y al ser una empresa emergente, tendría poca participación de este.
Claro está, ninguna empresa empieza con ganancias al entrar a un mercado. Primero, debe seguir estrategias de posicionamiento, dar a conocer su oferta, pero sobre todo manifestar lo que la diferencia del resto, y qué beneficios le traerá consumir la oferta presentada.