Los patrones visuales son guías clave para diseñar interfaces y contenidos visuales de manera efectiva; se dividen en dos categorías principales:
1. Adaptación al diseño web:
Asegurarse de que todos los elementos visuales del sitio web respeten las pautas del manual, como el uso adecuado de colores y tipografías, y adaptar el diseño a diferentes pantallas y dispositivos.
2. Consistencia visual:
Mantener la coherencia en todas las páginas del sitio web, desde el encabezado hasta el pie de página, siguiendo siempre las indicaciones del libro de marca.
Creación de patrones de comportamiento para galerías y layouts:
Esto implica establecer un diseño coherente que guíe a la persona usuaria a través del contenido visual, de manera lógica y atractiva.
Se diseña el comportamiento de las galerías de imágenes y la disposición del layout para asegurar que la experiencia sea intuitiva y que las personas usuarias interactúen con los elementos de la manera prevista.
Los patrones se basan en principios de usabilidad y diseño adaptable (responsive).

Calibración de imágenes y optimización
La calibración de imágenes garantiza que los colores y el brillo se vean correctamente en diferentes dispositivos. Esto implica ajustar las imágenes para una visualización precisa.
La optimización, por su parte, reduce el tamaño de los archivos de imagen sin sacrificar calidad, lo cual mejora los tiempos de carga y el rendimiento del sitio web o aplicación, manteniendo una buena experiencia de usuario.

Metodología para la presentación de la propuesta a la clientela:
La presentación de una propuesta debe ser clara, visualmente atractiva y adaptada a las expectativas de las personas que contrataron el desarrollo del producto.
La metodología incluye la creación de mockups, prototipos o presentaciones visuales que muestren cómo se verá y funcionará el producto final.
Es crucial comunicar de manera efectiva cómo las soluciones propuestas resuelven las necesidades de la clientela, utilizando un enfoque narrativo que destaque los beneficios clave y el valor añadido del proyecto.
