La política de crear grandes áreas comerciales obedece a la institucionalización de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y de los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), los cuales se encargan de impulsar en varias regiones tratados (bilaterales y multilaterales) de libre comercio, con el objetivo de borrar los límites nacionales y favorecer la creación de grandes mercados regionales, basados en las leyes de la oferta y demanda, y la competencia, dejando de lado los criterios de carácter social.
Todo lo que se pretendía con las medidas contempladas en la implementación de los programas de ajuste estructural, era preparar la estructura económica del país para exportar en condiciones competitivas. Por su parte, los tratados de libre comercio van en la línea de facilitar el intercambio de bienes y servicios entre las naciones tratantes, al eliminar o disminuir las barreras arancelarias y no arancelarias (tales como las fitosanitarias, subsidios, dumping, entre otros), así como minimizar la intervención estatal. También, dice Arias (2007), muchos campos productivos han mostrado interés en participar de las iniciativas comerciales globalizadas, incluyendo el Turismo, por considerar que abren grandes oportunidades de desarrollo nacional y prosperidad para muchas comunidades, así como para el surgimiento de todo un sector dedicado a los servicios turísticos.