Este modo de vida inició cerca del año 500 d.C., logrando su consolidación y complejidad entre los años 800 y 1500 d.C. Como se ha mencionado, la organización sociopolítica estaba jerarquizada y la figura principal recaía en los Caciques o Jefaturas que podían ser principales y secundarias. El Cacique adquiría el poder político por vía hereditaria y era considerado una figura sacrosanta. Las guerras y rivalidades con otros Cacicazgos eran asuntos cotidianos por la competencia entre sí para la adquisición y dominio de tierras y esclavos. Otras posiciones dentro de la jerarquía social predominante era el chamán, un importante líder religioso cuya función era servir de intermediario entre lo sobrenatural y el quehacer cotidiano, contestar las preguntas de la comunidad, y avizorar el futuro. También estaban los guerreros, artesanos, población común y esclavos.
Una práctica ceremonial específica que se realizó en el Pacífico norte consistía en antropofagia y sacrificios humanos, eventos que coincidían con las cosechas de maíz. Para 1527 el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo describió que la élite indígena se pintaba con achiote, consumía chicha, fumaba tabaco y bailaba. Luego, unas cinco o seis personas que podían ser mujeres o varones, eran colocadas en una piedra sobre la parte alta de un montículo para extraerles el corazón, cortarles las cabezas y arrojar sus cuerpos abajo para que la carne fuera consumida. Por su parte, el sacrificio humano se practicaba para actos funerarios o ceremoniales. La realización de esta práctica estaba vinculada a la esfera militar debido a que los ataques bélicos constituían la fuente básica de esclavos. Díaz & Salazar (2017).