Tal y como mencionamos al inicio de este recurso didáctico, la taxonomía biológica utiliza categorías o realiza una jerarquización básica para definir y nombrar a los seres vivos.
A continuación, analizaremos cada una de ellas:
Reino
El reino es la categoría más alta en la jerarquía taxonómica y se utiliza para clasificar a los seres vivos en grandes grupos según sus características generales. En el sistema de Linneo, los seres vivos se clasifican en cinco reinos: Monera, Protista, Fungi, Plantae y Animalia. En resumen, el reino agrupa organismos con similitudes fundamentales en su naturaleza y estructura.
Filo o División
El filo (también conocido como phylum o tronco) es una categoría en taxonomía que se encuentra entre el reino y la clase. Se utiliza en los reinos Animalia y Protista, así como en los dominios Bacteria y Archaea. En botánica, se solía emplear el término división en lugar de filo, pero en 1993 se aceptó la designación “filo” para el reino Plantae. Actualmente, no existe una definición precisa de filo a nivel filogenético que esté universalmente aceptada, por lo que interviene el criterio de cada taxónomo. En resumen, el filo es una forma de agrupar organismos con similitudes morfológicas o parentesco evolutivo dentro de la clasificación biológica.
Clase
La clase es una categoría taxonómica situada entre el filo o la división y el orden. Abarca distintos grupos de organismos en función de las características que poseen y la similitud que presentan mutuamente. En resumen, la clase agrupa a organismos con similitudes morfológicas y evolutivas más específicas que el filo, pero más amplias que el orden.
Orden
El orden es un nivel taxonómico que agrupa a las familias que comparten características similares. Por ejemplo, estas similitudes pueden estar relacionadas con el tipo de alimentación o la forma de reproducción. En resumen, el orden es una categoría que organiza a los organismos en función de sus rasgos comunes más específicos que la clase, pero más amplios que la familia.
Familia
La familia es una categoría taxonómica que agrupa a los géneros de especies afines. Los miembros de una familia suelen estar estrechamente relacionados y comparten características similares. En resumen, la familia es un nivel intermedio entre el orden y el género, y ayuda a clasificar a los seres vivos según sus similitudes más específicas.
Género
El género es una categoría taxonómica que se ubica entre la familia y la especie. Así, un género es un grupo de organismos que a su vez puede dividirse en varias especies (existen algunos géneros que son monoespecíficos, es decir, contienen una sola especie). El término proviene del latín genus, que significa linaje, familia, tipo, y es cognado del griego γένος (‘genos’), que se traduce como raza, estirpe o pariente. En resumen, el género agrupa a organismos con similitudes más específicas que la familia, pero más amplias que la especie.
Especie
Se denomina especie (del latín species) a la unidad básica de clasificación biológica. Una especie es un conjunto de organismos o poblaciones naturales capaces de entrecruzarse y producir descendencia fértil, aunque —en principio— no con miembros de poblaciones pertenecientes a otras especies.
En resumen, una especie es un grupo de organismos reproductivamente homogéneo, aunque muy cambiante a lo largo del tiempo y del espacio. Mientras que en muchos casos esta definición es adecuada, es a menudo difícil demostrar si dos poblaciones pueden cruzarse y dar descendientes fértiles (por ejemplo, muchos organismos no pueden mantenerse en laboratorio suficiente tiempo). Además, es imposible aplicarla a organismos que no se reproducen sexualmente (como las bacterias), ni a organismos extintos conocidos solo por sus fósiles.
En la actualidad suelen aplicarse técnicas moleculares, como las basadas en la semejanza del ADN. Los nombres comunes de las plantas y los animales corresponden algunas veces con su respectiva especie biológica (por ejemplo, «león», «morsa» y «árbol del alcanfor»), pero con mucha frecuencia no es así: por ejemplo, la palabra pato se refiere a una veintena de especies de diversos géneros, como el pato doméstico. Por ello, para la denominación de las especies se utiliza la nomenclatura binomial, mediante la cual cada especie queda inequívocamente definida con dos palabras —por ejemplo, Homo sapiens, la especie humana—. En esta nomenclatura, el primer término corresponde al género: el rango taxonómico superior en el que se pueden agrupar las especies.