1. Celebración de la Cofradía de Nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe


En Nicoya, Guanacaste, en 1.519, fue descubierto el golfo de Nicoya por Hernán Ponce de León y Juan de Castañeda.

Durante una expedición posterior, de Gil González Dávila, el Cacique Nambí, con seis mil súbditos, dio obediencia al Rey de España, abrazando la religión Católica y adoptando la lengua castellana. En esa época, los indígenas chorotegas adoraban el sol, la luna, el fuego, el agua y el viento, y resaltaba la celebración al dios Sol con la Fiesta del Maíz. Los sacerdotes católicos llegados a Nicoya, en sus tareas de adoctrinamiento, reemplazaron “La Fiesta del Sol” por la Fiesta de la Virgen de Guadalupe, aprovechando su aparición al indígena Juan Diego, en el Cerro Tepeyac, en México, el 12 de diciembre de 1.531. Poco tiempo después de la aparición de la Virgen en México o Virreinato de Nuevo España, como se le llamaba en ese tiempo, en Nicoya los indígenas chorotegas, pueblo también de tradición mesoamericana, siguieron realizando con gran devoción la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe, una tradición que llega íntegra hasta nuestros tiempos. Así, para la celebración de las fiestas, los devotos de la Virgen tenían que trasladarse a Nicoya y pernoctar allí pero, por la lejanía de sus caseríos, nació una congregación religiosa que se llamó “La Cofradía de Nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe”.