2. Contexto de los contratos

 

Los contratos indicaban que los chinos debían trabajar una jornada de 12 horas diarias y tres días libres al año, entre tanto los importadores debían darles alimentación sana, habitación cubierta, tres vestidos de manta al año, cinco pesos por mes y atención médica gratuita en caso de enfermedad.


Sin embargo, el trato suministrado, a pesar de una supuesta igualdad ante la ley, no fue cierta, sus derechos como seres humanos se olvidaron, los que trabajaban en la línea férrea enfermaban constantemente de malaria, otros trabajaban semidesnudos, debido a que no se les compraban los vestidos acordados, se alojaban en ranchos y no en una habitación cubierta, el salario devengado era de 4 pesos y prácticamente su salario les fue arrebatado, tanto por la compañía como por el Estado.


Muchos buscaban constantemente la huída, algunos cometieron suicidio y como resultado, el número de chinos se redujo. Resulta muy lamentable decir que este grupo étnico sufrió maltratos, más graves que los incurridos con los afrocaribeños, dos siglos antes (Chou: 2002).