Chinos

Sitio: Centro Virtual de Diseño y Desarrollo - INA-PIDTE
Curso: Material de apoyo - Turismo Cultural de Costa Rica
Libro: Chinos
Imprimido por: Invitado
Día: martes, 7 de mayo de 2024, 06:09

Descripción

Chinos

1. Datos históricos. Primer y segundo arribo

De acuerdo con Allen (2010) debido a los problemas políticos que atravesaba la dinastía Manchú, junto con relaciones de dominación del Imperio Británico y la enorme presión social interna, el gobierno chino se vio en la obligación de originar procesos migratorios en su población con el objetivo de lograr minimizar las confrontaciones y atacar el problema de la sobrepoblación.


Para el caso costarricense y como primer arribo, Chou (2002) agrega que alrededor del año 1.852, el gobierno costarricense se interesó por la inmigración china y por eso para 1855, logran introducir por Puntarenas a los primeros 77 trabajadores chinos destinados a realizar labores de campo en las haciendas cafetaleras.


Para el segundo arribo, se indica que en abril de 1872, Henry Meiggs Keith, Minor Cooper Keith y Crystzell presentan al gobierno costarricense una propuesta que consistía en obtener una prima de 30 pesos por cada chino que introdujeran al país, consiguiendo un permiso que pasaba por encima de la Ley 24 de bases y colonización, la cual prohibía el ingreso de personas chinas y africanas.


Para el año 1873 llegan 653 chinos procedentes de Macao a Puntarenas y Cartago, todos ellos originarios de Cantón. De este grupo unos fueron vendidos para trabajar en el Valle Central, otros para la construcción del ferrocarril y otro tanto para los cafetaleros. Estas personas fueron ofrecidas según su condición física, de cuyo mercado humano fueron partícipes políticos, educadores y hacendados del momento.


2. Contexto de los contratos

 

Los contratos indicaban que los chinos debían trabajar una jornada de 12 horas diarias y tres días libres al año, entre tanto los importadores debían darles alimentación sana, habitación cubierta, tres vestidos de manta al año, cinco pesos por mes y atención médica gratuita en caso de enfermedad.


Sin embargo, el trato suministrado, a pesar de una supuesta igualdad ante la ley, no fue cierta, sus derechos como seres humanos se olvidaron, los que trabajaban en la línea férrea enfermaban constantemente de malaria, otros trabajaban semidesnudos, debido a que no se les compraban los vestidos acordados, se alojaban en ranchos y no en una habitación cubierta, el salario devengado era de 4 pesos y prácticamente su salario les fue arrebatado, tanto por la compañía como por el Estado.


Muchos buscaban constantemente la huída, algunos cometieron suicidio y como resultado, el número de chinos se redujo. Resulta muy lamentable decir que este grupo étnico sufrió maltratos, más graves que los incurridos con los afrocaribeños, dos siglos antes (Chou: 2002).

3. Prácticas culturales


Entre las prácticas culturales tradicionales destacan las artes marciales, danzas, consumo de té, elaboración y empleo de vajilla y cristalería, la quema de pólvora (para ahuyentar a los malos espíritus), confección de ropa tradicional, en la cual predomina el color rojo, el cual consideran aleja la  mala fortuna y los malos espíritus, el arte de la caligrafía (una joya sin igual), y una impresionante gama de platillos, siendo la comida un verdadero acto solemne, donde se come con palillos, acompañados generalmente de una cuchara de mango corto de cerámica o plástica para servirse y tomar sopa. 

El grupo étnico chino también posee fiestas, las cuales siguen practicando en su país o en el cual se encuentren. Entre las más antiguas están:

La fiesta de la primavera y la de los faroles. A la primera se la llamaba antiguamente Fiestas del Año Nuevo. Desde tiempos remotos, la civilización China tenía una agricultura altamente desarrollada, por lo cual dicha fiesta correspondía, indiscutiblemente, a la producción agrícola. Inicia a mitad del doceavo mes y finaliza a mediados del primer mes con la luna creciente. Tiene, por lo tanto, una duración de quince días. La segunda se inició hace 1.000 años en la dinastía Tang, celebra el día 15 del primer mes luna y corresponde a la primera noche de luna llena después de la fiesta de la primavera, realizando muchas actividades como la danza del dragón.

La danza del león y el dragón, que surgió durante la dinastía Han (206 A.C. – 220 d.C.), ceremonia de respeto a los antepasados y de petición de lluvia, la cual devino luego en una recreación. Durante las dinastías Tang (618-907) y Song (960-1279), la danza del dragón era ya muy común en las festividades del Año Nuevo y otros eventos festivos. En vísperas de la cosecha otoñal se realiza el espectáculo tradicional de la danza del León y el Dragón, donde la clave de la danza radica en el manejo de las cabezas de los animales mitológicos. 


4. Las generaciones actuales 


La autora Chen Apuy (1992) cita que muchas familias de origen chino pueden contar ya al menos cuatro o cinco generaciones. 

En muchos casos los apellidos chinos han desaparecido por los matrimonios con costarricenses no chinos, en otros, por motivo del cambio de apellidos o la españolización de los nombres chinos; por eso es difícil reconocer quiénes tienen antepasados chinos. 

Apellidos como Sánchez, Sancho, Sanchún, Quirós, López, Soto, Salazar, Castro, León, Rupuy, hacen difícil la identificación de personas de origen chino, esto en razón de que en muchos casos, los inmigrantes, que venían sin su familia, tenían hijos con mujeres costarricenses y eran inscritos o bautizados con el apellido materno. Así, puede decirse que hay más sangre china en la población costarricense de lo que puede sospecharse.

Dentro de los muchos descendientes de la etnia china costarricense que desde sus trincheras han aportado al crecimiento económico, cultural, científico, médico y académico de Costa Rica, dentro de los muchos exponentes, destaca la labor de la señora Hilda Chen  Apuy Espinoza, puntarenense nacida el 23 de enero de 1923 e hija de un inmigrante chino que adoptó a Costa Rica como su nueva patria y de madre costarricense de sangre mestiza. Doña Hilda es una de las máximas exponentes intelectuales y precursora en la investigación, conocimiento y estudio de las culturas orientales, con aportes significativos en la valoración de lo pluriétnico y lo multicultural. Ha sido Premio MAGÓN de la cultura nacional del año 2003 y un bastión en la difusión y desarrollo de las relaciones interculturales, dando a conocer en nuestro contexto la herencia real y simbólica de esas culturas. Hoy, los hijos de chinos van a las escuelas locales, se convierten en  profesionales de todas las disciplinas, son católicos y se sienten costarricenses; sin embargo, siempre existe el sentimiento de pertenencia a una minoría étnica diferente, incluso en casos en que los apellidos no lo indiquen (Chou: 2002).

5. Aportes de la cultura asiática


El país ha recibido un gran aporte que comprende desde mano de obra hasta infraestructura, como lo expresan el puente de la Amistad, sobre el río Tempisque, proporcionado por el Gobierno de Taiwán, así como el actual Estadio Nacional dado por el Gobierno de la República Popular China. 

A todo lo largo y ancho del territorio se encuentran una amplia gama de negocios de productos orientales, así como hoteles, comisariatos (pulperías), restaurantes y bancos, en los cuales ofrecen y muestran la cultura oriental a pesar de estar lejos de sus países.