Técnicas específicas para el ahorro de combustible

Estas técnicas se fundamentan en reaprender a conducir, desechando antiguas costumbres de épocas en que el abastecimiento y costo del combustible no eran una preocupación, y la contaminación ambiental no se consideraba un riesgo para la salud y las futuras generaciones.


Planificación de la ruta

Planificar la ruta facilita ubicarse en la carretera, prever rutas alternas, anticipar maniobras como cambios de carril o tomar salidas, actuar de forma moderada ante imprevistos, mantener la atención en la carretera y en los demás vehículos. La improvisación de una ruta representa pérdida de tiempo, consumo adicional de combustible y un riesgo para la seguridad.

Encendido del motor sin pisar el acelerador

El procedimiento indebido de arranque en frío de un motor puede significar hasta el 40% de pérdida de su vida útil, debido a que al enfriarse sus componentes pierden su ajuste y el aceite lubricante escurre al depósito o cárter. Lo recomendable para minimizar el desgaste prematuro es ponerlo en marcha sin presionar el acelerador.

Los motores generalmente están equipados con dispositivos automáticos que aumentan el mínimo para el arranque y posteriormente se recomienda esperar 30 segundos antes de iniciar la marcha.

Acelerar el motor para calentarlo incrementa la fricción de las partes, generando un gasto innecesario de combustible y aumento de la emisión de gases contaminantes.

Diferencias en el encendido de motores a diésel y a gasolina

La principal diferencia para la puesta en marcha entre los motores a diésel y los motores a gasolina es que los motores a diésel, denominados de inyección indirecta, requieren precalentamiento.

En los modelos más antiguos este proceso es activado por la persona conductora, mediante la colocación de la llave de arranque en posición de precalentamiento y controlando el tiempo de accionamiento a través de una resistencia que se pone incandescente en un visor del panel de instrumentos.

En modelos más recientes, el tiempo de precalentamiento es controlado de forma automática por un temporizador, que después de colocar la llave en posición de ignición indica el momento de poner en marcha el motor a través de una luz en el panel.

Si estos motores no reciben precalentamiento por el tiempo requerido, presentan dificultades para arrancar, mínimo inestable y generan una alta emisión de hidrocarburos no quemados, hasta que logren llegar a la temperatura normal de funcionamiento.

Circulación en marchas largas

En un vehículo con transmisión mecánica o manual se interpretan como marchas largas las últimas relaciones de la caja de cambios. En un vehículo de cinco marchas son la cuarta y la quinta, las cuales a la inversa de las marchas bajas o cortas como la primera y la segunda tienen poca fuerza pero generan gran velocidad, sin que el motor gire a altas revoluciones.

Por ejemplo: un vehículo de cinco marchas en quinta, a 2500 rpm, se desplaza aproximadamente a 80 kilómetros por hora, lo cual implica viajar a una velocidad dentro de los límites de velocidad, con las revoluciones del motor dentro de la zona verde, obteniendo un mejor rendimiento y, por ende, menor consumo y menor emisión de gases.

Velocidad de circulación uniforme

Con la finalidad de economizar combustible y mejorar la velocidad promedio se deben minimizar las variaciones de velocidad, no haciendo cambios de marcha innecesarios, permitiéndole así al motor desarrollar su capacidad de arrastre (par máximo), aprovechando el impulso en bajadas y la inercia en subidas, terminando las pendientes sin aceleración, disminuyendo la velocidad en semáforos para evitar paradas y arranques, siendo este uno de los momentos en que más se genera consumo y emisión de gases contaminantes. Adicionalmente, no haciendo frenadas innecesarias que se traducen en pérdida de energía al transformarse en calor y desgaste del sistema de frenos.

En conclusión, se debe elegir una velocidad dentro de los rangos permitidos y mantenerla uniforme por el mayor tiempo posible, evitando maniobras inapropiadas. 

Desaceleración progresiva

Al igual que la aceleración y los cambios de marcha, la desaceleración del motor debe ser progresiva, siempre procurando mantener una dinámica de conducción uniforme, aprovechando las prestaciones o características del motor.

Por ejemplo, en una intersección con señal de “Ceda”, al incorporarse a la autopista se ahorra mucho combustible si en lugar de acelerar a fondo, se desacelera progresivamente esperando el momento oportuno o bien, como se indicó anteriormente, en semáforos sincronizando con el cambio de luz, minimizando así el uso de los frenos y evitando consumo por salidas o aceleraciones violentas.

Utilización de la primera velocidad

Para poner en marcha el vehículo generalmente se utiliza la primera velocidad por ser la que proporciona la mayor fuerza en la salida, lo cual requiere altas revoluciones del motor y el consiguiente gasto de combustible, razón por la cual se recomienda reducir el uso de esta marcha en las circunstancias que lo permitan, como salidas en posición descendente o en plano, pasar suavemente a la siguiente, y procurar llegar a la marcha más larga o alta lo antes posible.

Evitar la sobrecarga del vehículo

El exceso de carga o equipaje en el vehículo incrementa el consumo de combustible, al igual que el uso de portaequipaje adicional en el techo, esté éste cargado o no, porque su estructura provoca resistencia al paso del aire, exigiendo más esfuerzo al motor.

La sobrecarga en un vehículo produce también inestabilidad que en situaciones de emergencia facilita la pérdida de control del vehículo. En el manual de la persona conductora está definida la capacidad de carga del vehículo.

Uso del aire acondicionado

El aire acondicionado es un componente que ayuda a la circulación confortable en las vías saturadas de vehículos y afectadas por un perceptible aumento en la temperatura ambiente, pero que representa un aumento entre un 5% y un 20% del consumo de combustible, razón por la cual se recomienda su uso de forma moderada.

Abertura de ventanillas

El diseño de la carrocería toma en cuenta la resistencia aerodinámica que se opone al desplazamiento del vehículo, facilitando su desplazamiento. Cuando se viaja con las ventanillas abiertas la corriente de aire que ingresa a la cabina del vehículo genera resistencia, incrementando hasta en un 5% el consumo de combustible, por lo cual es recomendable no transitar con las ventanillas totalmente abiertas por períodos muy prolongados.

Revisión periódica del consumo de combustible

El aumento del promedio de consumo de combustible puede ser un indicador de la necesidad de mantenimiento o correcciones en el vehículo, en elementos tales como las llantas (tipo no recomendado, porcentaje de desgaste o presión indebida), alineamiento de la dirección o afinamiento del motor, entre otros. A continuación se explica el procedimiento para verificar el promedio de consumo de combustible:

  • Llene el tanque de combustible en el punto donde se dispara la boquilla del surtidor de combustible, anote el kilometraje y conduzca el vehículo normalmente.
  • Cuando vuelva a cargar combustible, debe llenarlo igual que la vez anterior. Se toma nuevamente el dato del kilometraje actual, restándole el valor inicial, para determinar cuántos kilómetros ha recorrido. 
  • Ejemplo: 65.798 km actual - 65.432 km inicial = 366 km recorridos.
  • Divida la cantidad de kilómetros recorridos entre la cantidad de litros de combustible que adquirió, para obtener la cantidad de kilómetros que recorre por litro. Ejemplo: 366 km recorridos / 28,8 litros = 12,7 kilómetros por litro.
  • Compare este dato con la especificación del manual. Esta comprobación se puede hacer con recorridos solo urbanos y también en viajes a larga distancia, en los cuales el rendimiento debe ser mayor. Si no está dentro del dato establecido se debe verificar el estado del vehículo y las costumbres de conducción.
  • Si divide el costo total del combustible adquirido entre el total de kilómetros recorridos obtendrá el costo por kilómetro. 
  • Ejemplo: ¢16.156,80 (a ¢561,00 por litro) / 366 km  = ¢44,20 por kilómetro

  • Utilización del vehículo en trayectos cortos

    El mejor rendimiento de un motor de combustión se obtiene cuando llega a su temperatura de funcionamiento. De igual forma, el catalizador del escape debe lograr esta condición para reducir los gases nocivos liberados a la atmósfera. En trayectos muy cortos la temperatura de funcionamiento no se alcanza, aumentando significativamente el consumo de combustible y la emisión de gases, siendo que en zonas urbanas el problema se agrava por los niveles de congestionamiento y la falta de espacios para estacionar, lo cual obliga a mantener el motor funcionando mucho más tiempo, con muchas paradas y salidas. Se recomienda en lo posible, en trayectos cortos, caminar o utilizar otros medios de transporte como la bicicleta o el transporte colectivo.

    Distribución de la carga

    La ubicación y sujeción de la carga en un automóvil o vehículo para carga es esencial para no comprometer la seguridad de las personas ocupantes y la estabilidad del vehículo. En automóviles la carga se debe asegurar en el área destinada para ésta como la cajuela, porque si se coloca en la cabina de pasajeros, en una maniobra de emergencia o accidente puede causar heridas. En vehículos para carga liviana, ésta debe distribuirse de forma balanceada, sin recargarla a un lado del vehículo, hacia atrás o hacia adelante, previniendo también el desplazamiento de la misma o que obstruya las luces o espejos.