Procedimiento para la palpación del pie

1. Lo adecuado es realizar la palpación posterior a la observación, de esta manera se logra  evitar cualquier roce con alguna herida abierta en el  pie. 

2. Antes de efectuar el procedimiento de palpación se debe realizar el lavado de las manos, posteriormente se procede a colocarse los guantes, y por último se repite el lavado. 

3. La búsqueda de edemas (inflamación de tejidos por acumulación de líquidos) se realiza presionando moderadamente la parte anterior del pie o la pierna, en el sitio donde se sospecha que exista acumulación anormal de líquido. En el momento de la palpación, si la extremidad se encuentra sana, al aplicarle con un dedo una cierta presión a los tejidos, éstos retornan inmediatamente, sin embargo de existir edema, con la misma presión, los tejidos regresarían muy lentamente a su posición original, tal y como se muestra en la siguiente figura:  


4. En cuanto a la búsqueda de pulso, se realiza palpando con el segundo y tercer dígito sobre la cara anterior (empeine) del pie, identificando la presencia de pulso normal, débil o ausente en ambas extremidades. (agregar figura 24)



5. En cuanto a la temperatura de la piel, se debe palpar percibiendo si ésta se encuentra tibia o fría, seca o sudorosa, considerando las condiciones ambientales en el momento de efectuar el procedimiento.

6. En cuanto a la sensibilidad de la piel, ésta se puede medir utilizando varios dispositivos como por ejemplo: un filamento fino para identificar la sensibilidad las diferentes partes del pie, o bien utilizar un dispositivo llamado diapasón, el cual emite ondas vibratorias que pueden servir para medir también los niveles de sensibilidad.




Otras acciones para valorar las condiciones en las que se encuentran las extremidades pueden ser el llenado capilar, el cual consiste en hacer presión moderada sobre la yema de los dedos y posteriormente retirar la presión; como consecuencia la piel estará pálida por la ausencia de sangre, pero en condiciones normales,  retornará a su coloración habitual en 1 o 2 segundos, mientras que en una persona con problemas vasculares, tardará un poco más. 

Otra prueba es aquella para medir la sensación térmica y que se puede hacer acercando o bien, colocando un trozo de hielo, sobre la piel del pie. En los casos donde hay pérdida de sensibilidad, la persona no identificará el cambio de temperatura.